21 septiembre, 2020

Destacado especialista Tucumán: la emotiva despedida a un médico que denunció irregularidades en el sistema de salud y que murió de coronavirus

Cientos de personas despidieron con dolor y con homenajes a Jesús María Amenábar, un respetado médico de Tucumán que había alertado sobre fallas en las medidas del gobierno de Juan Luis Manzur contra la pandemia del coronavirus y que murió este sábado a la mañana por Covid-19.

Amenábar, de 64 años, estaba internado en el Hospital Centro de Salud Zenón Santillán desde agosto pasado, después de contagiarse Covid-19. Era jefe de Cirugía en ese centro médico. En junio pasado había denunciado irregularidades en el manejo de la pandemia en Tucumán y hace pocas semanas había publicado una conmovedora carta agradeciendo el cuidado de sus colegas.

En la última semana, las autoridades del hospital habían advertido sobre la difícil situación que sufría Amenábar. «En este momento su situación es un poco complicada, pero tenemos fe y estamos luchando para que pronto pueda recuperarse», dijo hace cinco días el director del hospital, Marcelo Ferraro.

Finalmente, la comunidad de la salud y los vecinos de Tucumán recibieron este sábado al mediodía la triste noticia sobre la muerte de Amenábar.

«El Ministerio de Salud Pública lamenta informar el fallecimiento del doctor Jesús Amenábar, quien se encontraba internado en Terapia Intensiva del Hospital Centro de Salud en Asistencia Respiratoria mecánica, cursando un cuadro de neumonía grave por COVID 19″, escribió el gobierno de Tucumán, que había recibido serias críticas de Amenábar por sus falencias en el tratamiento de los pacientes.

«El sistema de salud acompaña a su familia y la comunidad hospitalaria en este difícil momento», agregó el organismo.

Tras conocerse la noticia de su muerte, sus colegas le dijeron adiós con palabras de admiración y cariño. Y lo despidieron con un respetuoso y cerrado aplauso al paso del vehículo que transportó su cuerpo a la salida del centro médico.

Los vecinos tucumanos realizaron un aplausazo en su recuerdo, este sábado a las 21, luego de organizarse en Whatsapp y redes sociales, donde se multiplicaron los lamentos y las muestras de agradecimiento a Amenábar por su notable trayectoria.

Además, iniciaron un petitorio para que las autoridades provinciales le pongan su nombre al actual hospital al hospital Néstor Kirchner, de Tucumán.

Desde la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Tucumán, donde Amenábar ejercía como titular de la Cátedra de Cirugía, le dedicaron sentidas palabras.

«Es una pérdida irreparable que nos llena de congoja y al mismo tiempo vemos su figura que se eleva y se corporiza como un símbolo del médico entregado a sus pacientes, del docente generoso con sus estudiantes y con una gran vocación de servicio», expresaron las autoridades en las redes sociales.

En tanto, la ministra de Salud de Tucumán destacó tres cualidades de Amenábar, que la había criticado severamente por su manejo en la pandemia: «la producción de conocimientos para enseñar y practicar la medicina»; las «habilidades para poner estos conocimientos en práctica» y «la conducta responsable basada en valores y compromisos».

«El Dr. Amenábar conocía muy bien estos saberes y los practicaba en su trabajo cotidiano, y por ello recibe el reconocimiento de la sociedad tucumana», concluyó Rossana Chahla.

Su voz de alerta y una carta conmovedora

A fines de junio, Amenábar denunció «irregularidades» en los protocolos llevados adelante en el Hospital Centro de Salud, designado como hospital de referencia por el gobierno, y señaló la responsabilidad del gobernador Juan Manzur y de la ministra de Salud, Rossana Chahla.

En aquel momento, aseguró, a once residentes del área de Cirugía se les había ordenado que atendieran a pacientes con Covid-19. A la vez, debían asistir en los quirófanos. Y también tenían que cumplir con guardias externas.

Entre otras fallas, señaló que en el hospital quedaban internados pacientes que habían dado positivo de coronavirus pero que no mostraban síntomas de Covid-19. «En todas partes, a los pacientes que no tienen síntomas los mandan a hacer cuarentena a la casa», dijo entonces en una entrevista en Radio Universidad de Tucumán.

También ventiló que en el hospital había personas internadas sin barbijo y protestó por la arbitrariedad y las demoras en el pago de retribuciones al personal de salud.

«Ya se hicieron los reclamos, pero es una cosa autoritaria. Desde el ministerio no se hizo ninguna consulta. Se hace lo que dice la ministra, no se discute nada, hay que acatar», dijo sobre Rossana Chahla, a cargo del Ministerio de Salud de Tucumán.

En la larga lista de irregularidades, también mencionó la llegada de personas en micros desde Buenos Aires, a cambio del pago de miles de pesos a «punteros y funcionarios políticos».

Dos meses más tarde, ya enfermo de Covid-19 y desde su sala de internación, escribió una conmovedora carta para agradecer y destacar el trabajo de sus colegas, a los que comparó con próceres de la historia argentina.

«Los que me están tratando son héroes y heroínas de la salud. Como los granaderos a caballos con Martín Miguel de Güemes y Juana Azurduy. Nadie los conoce. No salen en los diarios», dijo sobre el personal médico.

Y continuó: «Entran a la boca del lobo a riesgo de morir x Covid y dejar hijos huérfanos a salvar vida de gente que no conocen. Y por sueldos de … 19.000 una empleada de limpieza, 30.000 una enfermera o 70.000 un médico. Juegan a la ruleta rusa en turnos de 8 hs 3 veces a la semana».

Luego llamó la atención por la disparidad y las injusticias en la situación del trabajador de la salud: «Un nabo semioligofrénico entra de raso a alguna repartición pública con el único riesgo de desarrollar callos glúteos sentado en un escritorio, acomodado por un puntero y gana cuatro sueldos de esa empleada».

Ya casi en el final de su publicación, lamentó el futuro de sus colegas más jóvenes: «Este país está perdido. Los quiero a los residentes. Deben estudiar Inglés e irse del pais. Esto no tiene arreglo».

Una trayectoria notable

Graduado a comienzos de los años ochenta en la Universidad Nacional de Tucumán, Amenábar continuó su formación en la Université Kremlin Bicétre y en la Faculté des Sciences de Sorbonne, ambas en París, Francia.

Estaba casado con la pediatra María Emilia Caram y tenía dos hijos, Delfina y Alejandro. Sus seres queridos lo definían como un «amante de la música». Había estudiado piano, afición que continuaba como oyente de la obra de Martha Argerich.

En la juventud se había destacado como nadador, deporte que le permitió representar a su provincia a nivel nacional. En homenaje a él, el Club Central Córdoba de la capital tucumana le había dado su nombre a la Pileta Climatizada de la entidad.

Ya en horas del domingo, más de 230 personas dejaron su recuerdo y sus condolencias en la sección Fúnebres del tradicional diario La Gaceta de Tucumán.

En esos avisos se congregaron su familia y gran parte de la sociedad tucumana: pacientes, compañeros del Hospital Centro de Salud, colegas de otros centros médicos, integrantes de la Universidad Nacional de Tucumán, el intendente de San Miguel –Germán Alfaro– y trabajadores del sector judicial, entre cientos de otras personas.